Como obrero en el ministerio, levantar sustento puede ser una tarea desalentadora. Sin embargo, no tiene que ser intimidante. No se trata de dinero o de pedir a la gente que dé. Se trata de mirar a Dios para ver Su provisión. Él te ha dado una visión para el ministerio, y ahora te toca a ti invitar a otros a tener esa visión. Tu deber es orar y trabajar duro para descubrir a quienes el Señor ya ha preparado para invertir en ti y en tu ministerio. Dios ha hecho Su obra. Ahora es tiempo que tu hagas la tuya.

Un Ejemplo: Nehemías estaba muy nervioso al encontrarse con el hombre más rico y poderoso del planeta. Le estaba pidiendo al rey Artajerjes que financiara su proyecto de restauración en Jerusalén. Pero cuando llegó el momento de hacer su apelación, este humilde copero primero miró a la persona que realmente proporciona recursos. A la hora de la verdad, Nehemías levantó su corazón e hizo el Pedido Divino. En Nehemías 2:4 vemos la conversación: “Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos...”

En lugar de ir a tus citas con miedo de lo que dirá tu prójimo, tu puedes tener confianza que Dios está supervisando todo el proceso. Este libro te ayudará a aceptar el hecho de que esto no es un pedido humano. No. ¡Es Un Pedido Divino!

Libro de tapa blanda 384 paginas